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Lunes, abril 23, 2018
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Bazucazo de Moreno al mito de Correa

ECUADOR (O) | Lenín Moreno acaba de cometer el peor sacrilegio posible contra el correísmo: hoy afirmó, en una reunión con el Frente contra la Corrupcion, que “no hay tal mesa servida” y que la situación económica del país, si no es de quiebra, es muy difícil. En pocas palabras, el nuevo Presidente pone fin a la ficción que, en ese campo, Rafael Correa y su equipo económico se dedicaron a construir sobre todo después de que bajó el ingreso de petrodólares al país. Porque antes, su enorme flujo le sirvió para disimular la inviabilidad de su modelo económico.

Por: José Hernández

Tomado de 4PELAGATOS.com (O)

Negar la crisis, endosar las consecuencias a factores exógenos, pretender que los ingresos petroleros en su gobierno fueron menores a los que recibieron los gobiernos que lo antecedieron… Todo hizo Correa para ocultar los efectos perversos de su manejo económico, basado en un agresivo endeudamiento. El último año, en particular, se dedicó a mostrar que sus recetas habían sido mucho mejores y habían producido mejores resultados durante la crisis que en la época de vacas gordas. Y no vaciló en recurrir a reales piruetas semánticas para supuestamente probar que economía ecuatoriana había superado los baches y estaba en pleno pleno crecimiento. Así lo repitió cuando entregó, el 24 de Mayo, el poder a Lenín Moreno.

El nuevo Presidente ha tardado en hablar del tema. En su entorno se afirma, sin embargo, que, desde el primer momento, pidió al equipo económico, en especial al ministro Carlos de la Torre, que recaben todas las informaciones y hagan el balance. Es más: durante la campaña electoral  Moreno se dio cuenta de que el panorama económico variaba según quien le daba información. Por eso, dicen sus asesores, sabía que la realidad no calzaba con las cifras oficiales que recibía y que nunca coincidían.

Ahora, tras 50 días en el cargo, el balance que le han hecho los funcionarios no luce tan optimista como el que pintaba Rafael Correa. Moreno dará a conocer, se dijo a 4Pelagatos, ese balance económico global, apenas tenga los consolidados de las deudas que tiene el Estado. Esto es, aparentemente, lo único que hace falta. Conocer a ciencia cierta el monto de la deuda externa y el de la deuda interna; con los Gobiernos Autónomos Descentralizados, GAD, en particular.

El hecho cierto es que en tres frases, Lenín Moreno destruyó hoy la catedral que se edificó Correa para pasar, ante sus conciudadanos, como un economista fuera de serie. Un académico presto incluso a dar consejos en Grecia, o en cualquier otro país, sobre el manejo nada ortodoxo de la economía: no hay tal mesa servida, la situación de la economía es difícil y el gobierno anterior debió haber entregado las cuentas en mejores condiciones. Correa aún no le ha respondido.

Lo más curioso es que en el equipo económico que hoy tiene que traslucir las cifras reales de la economía, están algunos funcionarios encargados de ocultarlas, mimetizarlas, maquillarlas o interpretarlas (a la luz de tesis desempolvadas para el momento) durante el gobierno de Correa. “Moreno –dice uno de sus asesores– les preguntó, apenas llegó al gobierno, si respondían por sus cifras. Y como le respondieron que sí, les pidió que se queden, que hagan funcionar la administración. De lo contrario, se hubieran ido diciendo que le dejaban la mesa servida…”.

Moreno tampoco fue ingenuo cuando Correa y los suyos organizaron una reunión con Yanis Varoufakis, ex ministro de Finanzas griego. Cuando muchos creyeron que también él se apuntaba a su línea extremista, Moreno comentó con sus allegados que venía de reunirse con un “terrorista económico”. Y mientras muchos creyeron que por mantener en el puesto a los colaboradores de Correa se iba a tragar enteras todas las ficciones económicas, Moreno pidió reunirse con muchos otros economistas; también los ortodoxos estigmatizados por Correa.

No se ha dicho en cuántos días Moreno presentará al país el estado real de la economía. Pero lo hará indicando también las medidas que piensa tomar. Le preocupan en especial las deudas que le deja el correísmo; algunas que fueron borradas de la contabilidad (como las del IESS), o sencillamente fueron camufladas como ocurre con las de los gobiernos seccionales.

Deudas, compromisos sociales masivos y costosos, derroche, desempleo, burocracia excesiva… Moreno está aterrizando en la realidad ficticia que construyó el correísmo. Y no le gusta. La prueba es que acaba de dispararle el peor bazucazo jamás imaginado por Correa y sus fanáticos.

Foto Presidencia de la República: Lenín Moreno en Carondelet con el Frente contra la corrupción

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