El conteo rápido del CNE fue una estafa a la fe pública
ECUADOR (O) |¿Recuerdan el domingo 2 de abril cuando minutos antes de que el CNE diera los resultados de las elecciones apareció un señor para dar los resultados de un conteo rápido hecho por la Politécnica Nacional?
Por: Martín Pallares
Tomado de 4PELAGATOS.com (O)
Pues resulta que la Politécnica no hizo ningún conteo rápido. Peor aún, no hubo siquiera un auténtico conteo rápido como se anunció esa noche. Todo fue una farsa. Tan farsa como las encuestas que se inventaron algunos funcionarios del Gobierno antes de las elecciones, tan farsa como la tesis de Jorge Glas o el título de Pedro Delgado, tan farsa como la mega factoría de carros eléctricos en Yachay, tan farsa la construcción de la refinería del Pacífico. Una inmensa y descarada estafa a la fe pública.
La revelación, que en realidad no era difícil de imaginarse que llegaría por lo extrañas de las circunstancias en la que se produjo el anuncio hecho esa noche en la cadena del CNE, se produjo tras una sorprendente y alarmante confesión de Luis Horna, el matemático de la Politécnica que salió a anunciar un supuesto conteo rápido el domingo, minutos antes de la aparición de Juan Pablo Pozo, presidente del CNE.
Según la revelación de Horna, hecha el miércoles 5 de abril, los datos para el conteo rápido fueron entregados por el propio CNE y no eran actas de escrutinio sino formularios hechos por el organismo electoral en el que había cinco espacios: total de firmas y huellas dactilares, votos blancos, votos nulos, votos para Lenin Moreno y votos para Guillermo Lasso. Esos datos, informó, eran transmitidos a un call center que entregaba los datos no a la Politécnica Nacional sino a la Empresa Pública de la Politécnica que es un organismo aparte.
En otras palabras, cuando el domingo el CNE dijo en cadena de radio y televisión que iba a anunciar el resultado del conteo rápido de la Politécnica estaba mintiendo. No era, pues, la Politécnica la que había hecho el trabajo sino la Empresa Pública de la Escuela Politécnica que ni siquiera levantó la información sino que la recibió del mismísimo CNE, rompiendo así el principio de independencia que supone tenía que existir un trabajo así.
Es decir, Juan Pablo Pozo como presidente del CNE montó el día de las elecciones una farsa que no es otra cosa sino un atentado a la fe pública que multiplica las dudas sobre la transparencia del organismo que él dirige.
¿Por qué aparece Horna tres días luego de las elecciones para hacer esas declaraciones que dejan como farsante a Pozo y al Consejo Nacional Electoral? La única explicación es que la Escuela Politécnica necesitaba desmarcarse del cometimiento de un evidente delito a la fe pública que estaba siendo mencionado por varios líderes políticos como Andrés Páez, que incluso había advertido sobre un supuesto juicio a ese instituto de educación superior. 4Pelagatos también supo que al interior de la Escuela Politécnica había mucho malestar por todo esto, pues lo que se anunció la noche del 2 abril evidentemente no cuadraba y era un atentado al prestigio de la institución.
La noche del 2 de abril Horna, quien fue el vocero aquella vez, tampoco dio datos técnicos de la muestra ni dijo algo que también se ha revelado luego de tres días: que el supuesto conteo rápido había sido hecho con formularios y no con actas escaneadas. Básicamente que habían hecho cualquier cosa menos un auténtico conteo rápido.
Entre los politécnicos indignados por el golpe a la imagen y prestigio de la Escuela Politécnica está Raúl Córdova, de la Asociación de Profesores de la Escuela Politécnica quien, en radio Sonorama, rechazó que se utilice el nombre de la Politécnica en un engaño colectivo. Algunos otros mostraron asimismo su malestar en redes sociales. Se utilizó el nombre de la Politécnica para darle veracidad a un engaño.
Juan Pablo Pozo y el CNE son responsables del engaño al que se indujo esa noche. La aparición de un conteo rápido en ese momento, hecha supuestamente por la Politécnica y presentado en cadena auspiciada por el CNE, evidentemente estaba destinado a crear un clima de opinión para que cuando aparezcan los datos del organismo electoral la gente no se sorprenda. Fue parte de un montaje de distorsión de la fe pública.